jueves, 24 de noviembre de 2011

Un amigo me cuenta a Cernuda

Pensaba yo que sabía casi bastante de Cernuda, llega José Luis Morales y ¡zas! en toda la boca. Pues no sabía una mierda, no sabía más de lo que sabe cualquiera que lea un poco de poesía, o pusiera interés en su clase de literatura en el instito. Llégué a casa y busqué como un condenado. Sigo sin saber, pero he leído más. Menos sorpresa de lo que esperaba por las "claves" de Morales, factor perdido y beneficio encontrado. No sé si se me entenderá si digo que escuchar a Morales me hizo leer con la capacidad de aprender como... excitada. Todo es más fácil si confabula el deseo.
El poema que elijo sí fue sorpresa. El Antolín chico siempre me habla mientras leo. Decía: "este no te va a gustar" en el tercer verso. Se equivocaba el crío.Es verdad que todo está dicho, pero nadie más va a escribir este poema.


Adolescente fui en días idénticos a nubes...

Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,
y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.

Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquel fui, aquel fui, aquel he sido...
era la ignorancia mi sombra.

Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.

Cuando la muerte quiera
una verdad quitar de entre mis manos,
las hallará vacías, como en la adolescencia,
ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Su cambio, gracias.


La vida sigue igual.
Mi barrio está lleno de mierda.

Contigo.

Desayuno un cigarro
y dos cafés con leche, temperatura sopa.

Nada.

Pongo a Aerosmith
y friego los cacharros de una semana entera.

Es lo mismo.

Hasta mis horas de lectura
son las mismas. Mi espacio,
mis delincuencias.
Mis zapatillas para no correr,
mi jersey de flautista,
mi gorro de moderno.

Contigo. Nada.
Soy. Cambio.