Es día veintisiete,
julio ya peina canas a 34º
y las moscas preparan un ataque masivo
a los contenedores de basura.
Las nubes ya se han roto los dientes
contra el sol,
es un amanecer
atípico para unas vacaciones.
Pero es que algunas cosas son así:
de tan convencionales
se vuelven sorprendentes, y uno entiende de pronto
que no se está tan mal
versionando canciones de Deep Purple
a la hora de la ducha
o tomando unas cañas
en el antro de siempre
ajenos al sonido de las obligaciones.
Verano convertido en sucedáneo
de rutina, tal vez, por el descuido
de algún dios interino
sin demasiada práctica
en esto de los días evidentes.
Sólo una visión más de los hechos, las cosas son poco más que lo que nosotros mismos hacemos de ellas. Noi suele ser beneficioso que sean ellas quienes nos marquen el camino.
domingo, 29 de julio de 2007
LOS DÍAS EVIDENTES
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3 comentarios:
Muy bueno ese ANTOLIN. Realmente existen dias obvios que aunque parezcan carecer de importancia tienen de cualquier forma un toque especial. Es ese "observar" que nos hace integrar el mundo y sobre todo disfrutarlo, aun en sus minimas manifestaciones. Me has hecho empezar muy bien este lunes. APLAUSOS.
Un abrazo - Iben Xavier
Siento, como siempre, verlo autobiográfico, pero te veo, con la mirada perdida, el domingo "onde el chino" pensando esto.
Un domingo a la deriva, uno de tantos... el calor no ayuda a solucionar el mundo en una tarde de domingo
¡Enhorabuena por tu premio señor Antolin! Dejo aquí el enlace de la noticia para que todos disfruten de ella.
http://www.eldigoras.com/premios/premios0637.html
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